“El sobreendeudamiento empieza a jaquear la realidad económica de la Argentina”

Entrevista con Nicolás Trotta, rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). Su mirada sobre la realidad de América Latina y de Argentina a partir de los cambios de gobiernos de los últimos años. Además, un recorrido por el rol que desempeña la UMET en el actual escenario, las propuestas del sindicalismo y los desafíos políticos que se vienen.

¿Qué es más grave, haberse confiado cuando había un ciclo de avance de los movimientos populares o esta ofensiva que está sufriendo el pueblo argentino?

Es importante analizar el contexto positivo que vivió Latinoamérica desde inicios del nuevo milenio, que permitió, por momentos, recuperar el tiempo perdido en cuanto al desarrollo de nuestras economías y la propia distribución de la riqueza como eje, que nos permitió dejar de ser el continente más desigual del mundo.

Porque nuestros países, inclusive a partir de lo que fueron las políticas del Consenso de Washington mostraron indicadores, durante algunos años, de crecimiento económico, pero de fuerte concentración de la riqueza.

Ahora, la incógnita que se nos abre es si realmente nuestros países y estos gobiernos populares pudieron maximizar el momento de crecimiento de nuestras economías y los procesos de integración para fortalecer la autonomía y la voz que puede tener Latinoamérica en el contexto internacional.

Y si lo que hoy vivimos, con mucho dramatismo en Brasil, a partir del quiebre institucional del gobierno de Dilma Roussef, pero también en la Argentina a partir del acceso de un gobierno conservador al poder; es consecuencia quizás de no haber profundizado las reformas necesarias que nos permita dejar atrás democracias, de lo que algunos intelectuales, denominan de baja intensidad.

A partir de allí, lo que intentamos en Latinoamérica Piensa (programa que se emite los domingo a las 22 en el canal A24), es dialogar con muchos de los protagonistas que tuvieron estos procesos populares: Lula Da Silva, Dilma Roussef, Evo Morales, Fernando Lugo, Marco Aurelio García, Celso Amorín, para nombrar tan sólo algunos, tratando de analizar los aciertos, pero también las cuentas pendientes y las equivocaciones. Argentina, puede ser un escenario donde se puede ver en qué cuestiones se pudieron avanzar y en cuáles el gobierno no quiso o no supo cómo llevar adelante transformaciones, que por un lado nos permitan modificar la matriz de desarrollo de nuestra economía y si ponemos el foco, en quizás la falta de capacidad de transformación de nuestra matriz industrial como una agenda pendiente de la Argentina.

¿Cuando analizás el debate político en la actualidad, ¿sentís que le falta profundidad, que por ejemplo el periodismo, está por debajo de las circunstancias que la historia requiere?

En la Argentina y a nuestros países latinoamericanos muchas veces, falta consciencia en su dirigencia, que no sólo es la política, sino la empresarial, social, sindical y al propio periodismo como un actor central en la construcción de realidades de nuestro continente. Y falta el hecho de poder construir consensos que incluyan la voz de todos estos sectores y no muchas veces lo que termina ocurriendo es que se tiene la perspectiva que cuando uno toma una decisión, debe ser para su propio sector y no se mira al colectivo social.

Lamentablemente, si observamos, lo que es el debate en América Latina se ha retrocedido mucho. En nuestro país, la sensación que tengo es que se ha retrocedido una década en un año, en la eliminación de algunos derechos, pero también en el espacio que ha perdido América Latina en el contexto internacional. Si recordamos que hace 5, 6 años, Brasil estaba logrando llevar adelante la discusión de la institucionalización del BRIC (Brasil, Rusia, China, India); el propio debate que se tenía en la región intentando modificar la fotografía de la posguerra, de los 5 vencedores de la Segunda Guerra Mundial, que son los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que tienen derecho a veto, con el hecho que Brasil empezaba a reclamar un asiento permanente en ese órgano, que inclusive Argentina reclamaba que sea compartido de la región, a la realidad de hoy, donde tenemos un presidente norteamericano (Donald Trump), que amenaza públicamente con una posible invasión al territorio sudamericano en Venezuela y frente a eso no tenemos una condena unánime de las dos principales economías que son argentina y Brasil a esa ofensa a nuestra soberanía regional.

Eso demuestra un fuerte retroceso de nuestra región y también el hecho de lo que han sido las limitaciones de América Latina para generar una institucionalidad que nos permita transitar todos juntos ese camino al desarrollo con equidad.

  • “Si no somos conscientes que juntos podemos llegar al desarrollo, si vamos separados el único camino que vamos a conseguir es el cuarto mundo”.

No casualmente, después de 15 años un presidente argentino falta por primera vez a la Asamblea General de la ONU.

Eso me parece que es una síntesis de lo que es el gobierno que tenemos hoy en la Argentina. Más allá que pueda haber temas sustantivos que hagan que cualquier presidente no pueda viajar a Naciones Unidas, es un gobierno que decía que Argentina se había caído del mundo, se ausenta del encuentro internacional más importante.

  • “La ausencia de Macri en la ONU, sintetiza los desaciertos que ha tenido el Gobierno en materia internacional”.

La canciller anterior, Susana Malcorra, parecía estar más preocupada por llegar al cargo de Secretaria General de la ONU, que por generar un fuerte proceso de integración en América Latina.

Capítulo UMET

A partir de la creación de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, una idea surgida del SUTERH (Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal, dirigido por Víctor Santamaría), nuevas propuestas conforman el entramado de iniciativas que se llevan adelante. Entre ellas, el Centro de Estudios Metropolitanos y el IET, Instituto Estadístico de los Trabajadores.

Esta última, surgida de un acuerdo entre más de 50 sindicatos de las dos centrales obreras, la CGT y la CTA, es una herramienta que permite ver los números de la economía a través de la mirada de los trabajadores.

Para nosotros como Universidad, dice Trota, “el primer paso, siendo una institución que surge de un sindicato, es el desafío de democratizar el derecho a la educación superior para los trabajadores y sus hijos, equiparándonos en la gratuidad en cuanto el acceso a la Universidad, porque la cuota no es abonada por el estudiante sino por las distintas organizaciones sindicales”.

“Es fundamental que la Universidad se comprometa con la sociedad de la que es parte; a partir de los procesos de creación de conocimiento, de información, que permita la construcción de políticas públicas que se traduzcan en una mejor realidad social”.

¿Qué otras propuestas lanzaron?

Tomamos la definición de crear por un lado un centro que presenta características únicas, que es el Centro de Innovación de los Trabajadores, que está relacionado con el CONICET, donde tenemos radicados casi 40 académicos, entre investigadores y becarios.

De allí se han disparado distintas instancias institucionales, de lo que creemos son los temas sustantivos de la agenda que transita hoy la Argentina. Por un lado, el hecho que se construya esa información para el diseño de políticas públicas y en particular para la defensa de la capacidad de compra del salario. Hemos creado el Instituto Estadístico de los Trabajadores, en conjunto con la CGT y la CTA, donde hace más de un año venimos midiendo la inflación y cómo impacta al trabajador asalariado.

Además, hemos creado un observatorio de la deuda externa, porque vemos con mucha preocupación el espiral de endeudamiento, de más de 100 mil millones de dólares en poco más de un año y medio y el enorme crecimiento que ha tenido el pago de intereses, que es dinero que no se va a utilizar para obras de infraestructura que permitan el desarrollo de la Argentina, o una mayor inversión en Ciencia, Tecnología y Educación.

Es una deuda que está sosteniendo un enorme déficit fiscal, que este Gobierno ha agravado a partir de la eliminación de distintos impuestos y retenciones, como a la minería y al agro, que no han generado empleo en nuestro país.

¿Cuál puede ser el aprendizaje de la última década y media, en términos de organización popular?

Parte de la deuda pendiente que han tenido estos procesos populares es la incapacidad de consolidar espacios que sinteticen la construcción de pensamiento sistemático de lo que la realidad demanda. E inclusive, que muchas expresiones políticas al momento de acceder al poder y llevar adelante procesos de profunda transformación, sus expresiones políticas se convirtieron en espacios con baja capacidad de crítica y más vinculados a la gestión del Estado y del Gobierno, que a la construcción de fuerzas populares.

“Creemos que es importante garantizar espacios constantes de una mirada crítica, que permita que estos gobiernos asuman agendas pendientes. Tiene que haber crítica para que los gobiernos populares sean mejores”.

Trotta dice que es to ser puede ver en el momento que transita Brasil en el presente y en los años de Néstor y Cristina en la Argentina: “muchas veces aquel dirigente que osaba criticar distintas cuestiones del Gobierno parecía que se cambiaba de vereda, cuando muchas veces el espacio crítico es lo que permite que se asuman agendas que consoliden esas transformaciones y que no terminen siendo exclusivamente gobiernos de leales, si uno lo quiere ver con una mirada más positiva, o gobiernos de dirigentes cuya única pertenencia a ese espacio político es una mirada acrítica, que nunca es buena”.

Agrega que es “importante tener la capacidad política de interpelar a la sociedad hacia el futuro y que no se planteen consignas vinculadas a volver” y refuérzala idea sosteniendo que “el desafío es volver a enamorar y marcar las cosas que se hicieron mal en el pasado, pero también las que se hacen mal hoy”.

En primera persona

“He tenido la suerte que distintos colectivos hayan confiado en mí siendo muy joven, en distintas tareas. Asumir como rector de una Universidad de la que fui su primer secretario académico fue una enorme responsabilidad y uno la asume con mucho agradecimiento a la organización, que es el SUTERH. La manera de devolver esa confianza, es con un compromiso diario, no sólo de trabajo, sino animarse a construir una Universidad no digo mejor, sino distinta a las demás”.
“Con mucha claridad, hemos dado pasos que demuestran que se puede construir una Universidad que permita que muchos de los que están sentados en nuestros pupitres sean jóvenes trabajadores que han sido convocados por sus organizaciones sindicales, que a partir de la definición institucional de acompañarlos al ser los primeros en su familia en acceder al trabajo universitario, en garantizarles el acceso a la educación de calidad que les permita transformar sus vidas y las de sus familias, formarse no solo para el mundo del trabajo sino también para que sean actores protagónicos de la construcción de una sociedad con mayor justicia social, con mayor equidad”.
“No somos un espacio neutral, como no lo es ninguna universidad. Creemos que tiene que ser una herramienta puesta al servicio del colectivo que pretende representar, que son los trabajadores y para eso es fundamental que logremos hacer sinergia entre el saber del sector del trabajo y el saber del sector académico y científico. Ese fue el segundo paso que pretendemos transitar, por eso nos transformamos en la segunda universidad privada en tener un centro de dependencia con el Conicet”.

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