#Comentario en Abrir el juego, el programa de Luisa Valmaggia (Radio Cooperativa AM 770, lunes a viernes de 9 a 11).
El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, brindó detalles sobre la investigación judicial en la que están involucrados fiscales, jueces, periodistas y dirigentes políticos, en un entramado de espionaje que está aún en pleno proceso. Fue en la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, donde no hubo ningún miembro del oficialismo presente. En los casos de Elisa Carrió y Paula Olivetto, mencionadas en la investigación, lejos de los debates, por el contrario, se dedicaron a juguetear en las redes sociales, con un nivel de liviandad burlesca, impropia de representantes políticas.
El lunes 19 de enero de 2015, hubiese habido una situación similar a la de ayer, si el fiscal Alberto Nisman no hubiese aparecido muerto en su departamento el domingo 18 por la noche.
¿Por qué la comparación? Porque no hay antecedentes de un miembro del Poder Judicial, en este caso un juez federal, informando en una reunión abierta en el Congreso sobre una causa de esta magnitud. Y digo lo de Nisman, porque había sido citado ese lunes, inclusive por la oposición de ese entonces, el actual oficialismo, sin ningún reparo de parte del Gobierno de ese entonces. Inclusive, se había acordado que la sesión se iba a transmitir, como ayer, con absoluta libertad. Iban a ir los miembros del oficialismo a escuchar las razones del fiscal, que estaba denunciando a la Presidenta y nada ni nadie le impedía a Alberto Nisman asistir al Congreso.
Ahora, no pudieron impedirle a Alejo Ramos Padilla asistir, pero sin embargo lo invisibilizaron. Y la verdad, a esta altura no sé qué es peor.
Porque los diputados que libremente por Twitter se expresan, si tienen tantas diferencias, si tienen tantas denuncias para hacer, hubiesen estado ayer y cuestionado al juez, en vivo y en directo, en la cara. Hubiesen construido democracia, en los lugares de la democracia, no en las cloacas de las redes sociales.
Y esto hay que decirlo de esta manera: es muy cómodo tuitear “tengo el pijama listo”, desde un telefonito de 35 ó 40 mil pesos, en la comodidad de un country, como hizo la diputada Elisa Carrió. Y que Paula Olivetto, alegremente le diga “yo también lo tengo preparado, ¿qué pijama tendrá Cristina?”.
¿Es una estudiantina de cuarto o quinto año, cargándose con los alumnos de otro colegio? ¿Es una cargada entre hinchas de River y Boca? ¿Es una despedida de solteros que se hacen bromas pesadas?
Son diputadas, ¿cuánto gana un diputado, 120 mil, 130 mil pesos? Tienen 30 asesores, perdón Luisa, me solté, frename cuando quieras. Pero la verdad que indigna. Y un poquito de indignación hace falta para mover estas cosas.
Porque ayer nadie les impedía a los diputados asistir a la reunión y decirles lo que quisieran a Ramos Padilla.